jueves, 9 de diciembre de 2010

Los ciudadadanos como protagonistas

Adela Noriega

9 comentarios:

  1. LA FORMULA MÁGICA DEL PLURALISMO MORAL
    Durante varios años ha imperado un código moral único, logrando de esta manera que varios grupos juzguen que era lo “bueno” y que lo “malo”, desde su perspectiva; logrando así que los sujetos que pensaran distinto sean tachados y quemados en la hoguera.
    Frente a esta realidad varios autores proponen una reconstrucción y fortaleza de la sociedad civil tanto en países comunistas como en democracias liberales, ya que lo único que conseguían era engullir a los individuos. Pero como menciona la autora, esto puede darse con la potenciación de una ética compartida por los miembros de una misma sociedad.
    Lastimosamente el hecho que tanto en países confesionales religiosos como confesionales- comunistas tuvieran e impusieran un único código moral, acostumbró a sus sociedades a la “pasividad”, logrando así que estos sujetos no tomen en cuenta que todos los ciudadanos son quienes deben hacer el mundo moral.
    “No todas las opiniones son igualmente respetables “. Cabe diferenciar que no es lo mismo el politeísmo y el pluralismo, ya que el primer término hace referencia a que en cuanto a la moral surgen diversos criterios que en algún momento podrían coincidir pero ser tan solo una feliz coincidencia. Pero en una sociedad pluralista no se basa en meras coincidencias casuales, ya que resultaría imposible construir un mundo juntos, es por esto que se necesita la voluntad común nacida del interior de las personas.
    “No politeísmo sino pluralismo”, el politeísmo axiológico manifiesta que las cuestiones de valores morales son muy subjetivas y las personas eligen una jerarquía de valores pero por una fe o una corazonada, sin emitir juicios o argumentos que justifiquen el por qué de su elección. El ejemplo que presenta la autora sobre la eutanasia es muy cierto, ya que para este tema se presenta a discusión alguien a favor del derecho de vida y alguien que apoye el derecho a morir dignamente, ciertamente después de la discusión ninguno de los dos participantes habrá cambiado su visión. Esto cae en el politeísmo. Lo que se busca en realidad es lo que sucede en las sociedades liberales ya que hay mínimos morales que deben ser respetados, y que en base a estos se construye la felicidad, ideales que se convierten en máximos éticos.
    Es así que la fórmula mágica del pluralismo consiste en compartir unos mínimos morales de justicia aunque discrepen los máximos de felicidad. Para esto hay que diferenciar lo justo de lo bueno; la justicia y la felicidad son las dos caras de la moneda pero la diferencia radica en que las cuestiones de justicia se presentan como exigencias a las que debemos dar satisfacción en tanto que los ideales de la felicidad nos atraen pero ni nos exigen ni son exigibles.
    Así que para el pluralismo es necesario que se respeten unos mínimos de justicia y cada quien tiene derecho a mirar sus propios proyectos de felicidad, respetando estos últimos.

    Cristina

    ResponderEliminar
  2. Del vasallaje a la ciudadanía moral

    A lo largo de la historia, se ha podido constatar que los vicios y las virtudes están regidos por los distintos contextos sociales, siendo estos los que influyen en las actitudes y decisiones de las personas. Podemos remontar esta realidad al régimen feudal, donde el vasallo es quien otorga respeto, obediencia y fidelidad a su “señor”, en este sentido se ve claramente que la propia voluntad se la pone a disposición de la de otro. Así mismos, si bien es cierto que en el régimen del depotismo ilustrado desaparece el vasallo como tal, nace la figura del súbdito quien también se ve privado de libertad y debe acatar las órdenes autoritarias de un soberano quien es el que toma las decisiones de forma autónoma.

    En la actualidad si bien es cierto que pertenecemos a una sociedad democratizada en la que todos somos igualmente ciudadanos, que elegimos representantes o gobernantes y que todos estamos sometidos bajo un mismo mandato de la ley, el concepto de ciudadanía moral aún es turbio, debido a que el vicio de la pasividad se ve plasmado cuando al tener la posibilidad de realizar un juicio moral y regirnos a ello, pretendemos que una o más personas lo den haciendo por nosotros; muy diferente es que un ciudadano moral mantenga su autonomía cuando solicita ayuda a otros para llegar a juicios verdaderos y correctos, solamente “asumiendo nuestra ciudadanía moral, o asumiendo nuestra autonomía, se ha de llegar a juzgar qué se tiene por correcto y qué se tiene por bueno”.

    Dentro de las sociedades democratizadas, también se ha podido evidenciar a los clientes pasivos del Estado del bienestar, quienes han hecho perder la esencia misma del Estado del Bienestar que tiene como fin proteger los derechos humanos de la segunda generación. El deseo de satisfacer e intervenir en las necesidades económicas, sociales y culturales han hecho que éste se convierta en un Estado Benefactor y luego Interventor, y al ser un Estado Interventor, tiene que inmiscuirse en otros aspectos de la vida social, de modo que acaba reci-biendo el nombre de Estado-providencia, porque los ciudadanos creen que es el Estado quien debe velar y resolver los problemas de todos los ciudadanos. Esa actitud paternalista hace que exista una actitud de dependencia pasiva de sus habitantes.

    El paternalismo es un claro ejemplo de un despotismo ilustrado ya que se justifica en el hecho que son los gobernantes quienes tienen la sabiduría neta de lo que es “bueno” para un determinado pueblo, mientras el pueblo tiene una idea muy diferente hacia él. Con base a esta realidad, se puede afirmar que el estado benefactor NO es un despotismo ilustrado, pero que su actitud interventora, termina haciéndolo ver como paternalista generando ciudadanos dependientes, pasivos, apáticos y mediocres incapaces de tomar sus propias iniciativas.


    Tras hacer una reflexión sobre lo que implica el vasallaje a la ciudadanía moral, vemos que a pesar de que hoy por día tenemos la libertad para plantearnos juicios morales, es mucho más fácil depender y esperar que otros sean los que decidan y actúen por nosotros, convirtiéndonos en entes incapacitados alejados de toda posibilidad de tener iniciativa por querer hacer algo, y sin entrar en razón que somos nosotros mismo los llamados a encontrar soluciones para satisfacer nuestros deseos. Por lo tanto debemos tomar en cuenta que para crear una ciudadanía moral, no solamente debemos adaptar una actitud activa y autónoma para poder sentirnos protagonista de nuestra vida moral, sino también que debemos estar completamente convencidos que esa ciudadanía moral es adecuada no porque la en general sociedad la acepta como tal, sino porque el propio sujeto la experimenta como tal.


    Erika

    ResponderEliminar
  3. Prólogo e Introducción.
    Los seres humanos tenemos dos fundamentos desde los cuales canalizamos la conciencia y los actos.
    Por un lado está el bagaje genético que se ha transmitido a lo largo de varias generaciones, esto se manifiesta a través del instinto, en la mayoría de ocasiones.
    El segundo fundamento está enmarcado en la cultura de la que cada ser humano forma parte, por lo general este aspecto está determinado por la localización geográfica. Es la cultura quien determina qué aspectos de conciencia y conducta deberán ser reproducidos.
    Bajo cualquiera de los dos fundamentos, se entiende que no podrá haber principios éticos si no hay personas dispuestas a practicarlos. Es el mismo ser humano quien debe tomar la iniciativa de poner en práctica los valores o principios que considera válidos.

    Mauricio Hidalgo R.

    ResponderEliminar
  4. Los ciudadanos como protagonistas
    Adela Cortina
    Capitulo 7 Moral Cívica y Moral Creyente
    Etica Religiosa, laicista y laica
    En este capitulo principalmente se plantea 3 tipos de ética:
    Etica Religiosa
    Aquí principalmente se analiza la ética relacionada con el cristianismo, especialmente la plasmada en la Biblia principal fuente de consulta de las personas que creen en esta religión. Se trata principalmente del reconocimiento de la voz de Dios que no se encuentra externamente, donde tampoco se diluye en la nuestra. Apela a Dios expresamente para orientar nuestro hacer personal
    Etica Laica
    Es un ética se la podría denominar neutral no se basa en las enseñanzas de una religión y de Jesús en el caso del Cristianismo, pero tampoco niega su existencia, esta realmente es considerada una ética laica. Es en esta ética donde se puede conjugar con la ética cívica. Es aquella que orienta al que hacer personal y colectivo de las personas
    Etica Laicista
    Esta ética se autodenomina laica, pero se fundamenta en marcar a los creyentes como personas que se encuentran viviendo en un error

    ResponderEliminar
  5. COMENTARIO SOBRE LA FORMULACIÓN DEL PLURALISMO MORAL.
    Es necesario que las sociedades democratizadas tengan conciencia que los valores morales deben partir de un pluralismo a fin que las sociedades liberales cumplan unos mínimos morales a fin que se pueda convivir en armonía.
    Este punto de discrepancia entre el politeísmo y el pluralismo es muy interesante ya que a simple vista se podría decir que con base a un politeísmo la gente puede obtener valores de forma consensuada sin darse cuenta que pueden caer en subjetivismo al no justificar el por qué de tal o cuál decisión.
    Para construir valores morales, necesitamos fundamentarnos en un pluralismo que si bien es cierto en algún momento puede no satisfacer las necesidades de todos a un mismo nivel, quiere conseguir una felicidad común, debe respetar unos mínimos morales para poder ahí si alcanzar mínimos de justicia.

    ResponderEliminar
  6. COMENTARIO

    Tras revisar el resumen de "del vasallaje al ciudadano moral" y relacionarlo con mi documento, estoy en total acuerdo en que el sujeto debe dejar de lado la pasividad a la que se ha visto acostumbrado, ya que esto ha provocado que muchos individuos les sea más fácil que otros decidan por ellos.

    Pese nosotros a estar en una sociedad democrática, estas situaciones se vienen dando, sujetos que no buscan romper con esquemas establecidos y poder cuestionarse con bases lógicas de lo que está sucediendo. Lo que las sociedades necesitan ahora es una actitud activa y autónoma para lograr buscar su desarrollo siempre y cuando respeten los mínimos éticos que estén establecidos (mínimos éticos de justicia).

    Lo importante y que se debe resaltar es el dialogo participativo, pienso que es una base fundamental para lograr llegar a acuerdos y lograr el trabajo en conjunto. Hay que tomar en cuenta también que cada uno de los que conformamos una sociedad tenemos un ideal de felicidad diferente( ética de los máximos), que no debe intervenir para poder llegar a unificar los criterios.

    Cristina

    ResponderEliminar
  7. DESARROLLO HUMANO

    Se entiende por desarrollo humano el medio donde los individuos buscan el bienestar tras desarrollar su máximo potencial para que mediante una vida activa y creativa, satisfaga necesidades e intereses con libertad. Con el D.H se pretende ampliar las oportunidades de los individuos como el nivel de bienestar que han alcanzado en dos aspectos: formación de capacidades humanas y la forma como emplean las capacidades adquiridas. Es necesario destacar que el desarrollo humano es un proceso dinámico de participación.
    Entre los ejes para el desarrollo humano tenemos: disfrutar de una vida larga y saludable, haber sido educado, acceder a recursos necesarios para un nivel de vida digna y acceso a medios informáticos.
    El desarrollo humano también se ve reflejado en el acceso informático porque en un mundo competitivo es necesario acceder a mayor información a fin de alcanzar las mismas oportunidades teniendo las mismas herramientas de conocimiento.

    Erika Almeida y Cristina Barriga begin_of_the_skype_highlighting

    ResponderEliminar
  8. Ética y política: Donde lo imposible se hace posible
    La política surgió como una estrategia para garantizar el cumplimiento de principios éticos en un grupo social, principalmente en aquellos que ya cuentan con una organización jerárquica (puede ser el Estado). Puesto que la ética y la política persiguen objetivos muy parecidos, su ejercicio tiende a confundirlas y, aunque sus formas son distintas, no pueden separarse diametralmente una de otra.
    Se vuelve necesario entender y poner en práctica un equilibrio entre estos ámbitos antagónicos, pero que se necesitan uno del otro. Llevarlas de la mano es un ejercicio interesante y que requiere de mucha atención, para mantener la armonía en el grupo social.
    Surge la discusión entre el realismo ético y el realismo utópico, porque las líneas de acción y reacción de cada posición depende de las características de la situación, mas no de unos principios definidos. Mientras el realismo ético mantiene un principio “fatalista” de supuesta predestinación ante los acontecimientos (vista al pasado), el realismo utópico plantea siempre la posibilidad de cambio y deja el destino en manos de quien quiere construirlo. Si se pudiera identificar al realismo utópico con un slogan, éste diría: “Somos lo que proyectamos ser”.
    La dinámica del desarrollo social y cultural de los grupos provoca la aparición de las crisis, que se pueden momentos o contextos que exigen la reflexión y toma de decisiones que, en el común de los casos, no fueron planificadas. Una crisis puede ser vista desde un enfoque positivo, porque obliga a la sociedad a evaluarse, redefinirse si es necesario, pero sobre todo a poner en acción la creatividad innata del ser humano y su habilidad racional para resolver problemas. Hay crisis que se solucionan desde el ser individual, así como las hay que necesitan al ser social; para cualquiera de los dos casos, la persona es quien define su nivel de incidencia para resolver esa crisis.


    Mauricio Hidalgo R.

    ResponderEliminar